martes, 21 de octubre de 2014

EPILOGO




Pienso en el día en que me casé con ella.


Fue uno de los mejores días de mi vida.


Recuerdo estar de pie al lado de Ian y Gonzalo al final del
pasillo. Estábamos esperando a que entrara por las puertas,
cuando Gonzalo se inclinó y me susurró algo.


Dijo—: Eres el único que podría llenar mis estándares para ella, Pedro. Estoy feliz que seas tú.


Yo también estaba feliz de que fuera yo.


Eso fue hace más de dos años atrás, y todos los días desde
entonces, de alguna manera, he caído rendido ante ella más.


O volado, más bien.


Sin embargo, no lloré el día que me casé con ella.


Sus lágrimas


cayeron


cayeron


cayeron


ese día,


pero las mías no.


Estaba convencido que las mías nunca caerían.


No en la forma en que deseaba.


Fue hace ocho meses atrás cuando nos enteramos que íbamos a tener un bebé.


No estábamos intentando tener un bebé, pero también no
estábamos no intentándolo.


—Si sucede, sucede —dijo Paula.


Sucedió.


Cuando nos enteramos, ambos estábamos emocionados.


Ella lloró.


Sus lágrimas


cayeron


cayeron


cayeron,


pero las mías no.


Tan emocionado como me sentía, también me sentía asustado.


Me sentía asustado del temor que viene junto con amar a alguien tanto.


Asustado de todo lo malo que podría pasar.


Me sentía asustado de que mis recuerdos me quitaran el día
en que me convertiría en padre de nuevo.


Bueno, simplemente sucedió.


Y todavía estoy asustado.


Aterrorizado.


—Es una niña —dice el doctor.


Una niña.


Acabamos de tener a una niña.


Acabo de convertirme en padre de nuevo.


Paula acaba de convertirse en madre.


Siente algo, Pedro.


Paula me mira.


Sé que puede ver el miedo en mis ojos. También sé cuánto
dolor está padeciendo en este momento, pero de alguna manera todavía se las arregla para sonreír.


—Olivia —susurra, diciendo su nombre en voz alta por primera vez.


Paula insistió en que la nombráramos Olivia en honor al
verdadero nombre de Cap, Oliver.


Yo no la habría nombrado de otra manera.


La enfermera se acerca a Paula y coloca a Olivia en sus brazos.


Paula comienza a llorar.


Mis ojos todavía están secos.


Todavía estoy demasiado asustado para apartar la mirada de Paula y mirar a nuestra hija.


No tengo miedo de lo que voy a sentir cuando la mire.


Tengo miedo de lo que no voy a sentir.


Estoy aterrorizado de que mi experiencia pasada haya arruinado cualquiera capacidad que tengo de sentir lo que todo padre debería sentir en este momento.


—Ven aquí —dice Paula, queriéndome más cerca.


Me siento en la cama al lado de ellas.


Ella me da a Olivia, y mis manos están temblando, pero la tomo de todas maneras.


Cierro los ojos y libero una respiración lenta, antes de encontrar el coraje de abrirlos otra vez.


Siento la mano de Paula caer suavemente en mi brazo.


—Es hermosa, Pedro—susurra—. Mírala.


Abro los ojos e inhalo bruscamente cuando la veo.


Ella luce igual que él, excepto que tiene el cabello castaño de Paula.


Sus ojos son azules.


Tiene mis ojos.


Lo siento.


Todo está ahí.


Todo lo que sentí la primera vez que lo tuve en mis brazos, es todo lo que estoy sintiendo ahora mientras la miro.


Creer que me faltaba la capacidad de amar a alguien de esta manera de nuevo era el único miedo que me quedaba por conquistar.


Una mirada a Olivia, y me ha ayudado a conquistar ese miedo.


Ya es mi héroe, y sólo tiene dos minutos de vida.


—Es tan hermosa, Paula —susurro—. Tan hermosa.


Mi voz se quiebra.


Mi rostro está cubierto de lágrimas.


Cayendo


Cayendo


Cayendo


Por primera vez desde el momento en que sostuve a Clayton en mis brazos, estoy llorando lágrimas de felicidad.


Romina tenía razón. El dolor siempre estará ahí.


Como también estará el miedo.


Pero el dolor y el miedo ya no son mi vida. Sólo son
momentos.


Momentos que son constantemente eclipsados con cada minuto que paso con Paula.


Y ahora con cada minuto que paso con Olivia.


Paula, Olivia y yo.


Mi familia.


La beso en la frente, y luego me inclino y beso a Paula
por darme algo así de hermoso de nuevo.


Paula apoya su cabeza en mi brazo, y ambos la observamos.


A nuestra hija.


Te amo tanto, Olivia.


Estoy mirando a la perfección que hemos creado cuando me doy cuenta.


Todo vale la pena.


Son los hermosos momentos como estos que compensan
el amor complicado.



FIN

6 comentarios:

  1. Hermosos capítulos! Y bellísimo final! Me encantó!!!

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  2. Un final inmejorable!!!! Hermosa historia Carme!!!!!!!

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  3. Lo q lloré! Hermosísima nove! Hermoso final, me encantó !!pase x todos los estados jaja,espero la prox nove, bsoo @GraciasxTodoPYP

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  4. Que hermoso final, me encantó!!!
    esperando ansiosa la próxima novela que subas!!!

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  5. Hermoso final para esta historia tan triste y preciosa!!! Lo q lloré con este capítulo, pero al final valió la pena q Pau lo espere y luche por él, y Pedro pudo superar tanto dolor y permitirse ser feliz junto a ellas.
    Gracias por compartir estas historias tan lindas con nosotras. Las elegís muy bien siempre! Me encantan!

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  6. Paula Olivia y Yo .. dijo Pedro !¡ que hermoso final para una historia tan triste y a la vez tan esperanzadora.. me encanto .. que hayan superado todo y eaten juntos y Felices ♥ gracias Carne

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